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Evaluación del paciente con fiebre

  • La evaluación del paciente con fiebre debe ser completa y exhaustiva, ya que la fiebre puede ser un signo de una variedad de condiciones, tanto infecciosas como no infecciosas.
  • Anamnesis
    • La anamnesis es la parte más importante de la evaluación del paciente con fiebre. El médico debe obtener información sobre los siguientes aspectos:
      • Historia de la enfermedad actual: ¿Cómo empezó la fiebre? ¿Cuánto tiempo lleva con ella? ¿Duración de la fiebre? ¿ La presencia de síntomas adicionales, como escalofríos, sudoración, dolor de cabeza, dolores musculares, tos, entre otros,?
      • Antecedentes médicos: ¿Tiene el paciente alguna enfermedad crónica o condición médica subyacente?
      • Medicamentos que toma: ¿Toma algún medicamento que pueda causar fiebre como efecto secundario?
      • Exposición a enfermedades infecciosas: ¿Ha estado recientemente expuesto a alguien que esté enfermo? ¿ Ha realizado viajes recientes.?
  • Exploración física
    • La exploración física debe centrarse en los siguientes aspectos:
      • Temperatura corporal: La temperatura corporal debe medirse en tres sitios diferentes (oral, axilar y rectal) para obtener una medición precisa.
      • Signos vitales: La presión arterial, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y el nivel de conciencia deben evaluarse para detectar signos de complicaciones.
      • Examen físico general: El médico debe realizar un examen detallado de los diferentes sistemas del cuerpo en busca de signos de infección, como enrojecimiento, edema, dolor, secreción o enfermedad subyacente
  • Pruebas de laboratorio
    • Se solicitan análisis de sangre, como un hemograma completo, para evaluar los recuentos de células sanguíneas y detectar signos de infección o inflamación. Asimismo, se pueden realizar pruebas adicionales, como la proteína C reactiva (PCR) o la procalcitonina, que son marcadores de inflamación.
  • Pruebas complementarias
    • En algunos casos, se pueden requerir pruebas adicionales, como radiografías, cultivos microbiológicos o estudios de imagen, con el fin de identificar el foco de la fiebre o determinar la causa subyacente.
  • Evaluación de factores de riesgo
    • Se realizan evaluaciones específicas de factores de riesgo que puedan influir en la gravedad de la fiebre, el tiempo de evolución de la fiebre y la presencia de otros síntomas o condiciones médicas. Estas evaluaciones ayudan a orientar el enfoque diagnóstico y terapéutico.
  • Este proceso integral permite establecer un diagnóstico sindrómico o etiológico, instaurar un manejo farmacológico y no farmacológico, y realizar un seguimiento adecuado para evaluar la respuesta clínica del paciente.

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