Comunicación verbal variables

Idioma

Es fácil olvidar que los pacientes no están capacitados médicamente y es poco probable que siempre entiendan los términos médicos que los médico utilizan, es importante hablar con el paciente de una manera que sea adecuada a su edad, nivel educativo y cultural, y utilizar un lenguaje inequívoco que el paciente entienda. Usar el lenguaje equivocado, la terminología, ser demasiado informal o usar el acento incorrecto puede inhibir el proceso de comunicación. Cuando el médico habla con el paciente, preguntándole acerca de su queja médica y discutiendo la situación con ellos, debe tomarse el tiempo para notar cualquier pausa en la respuesta del paciente, que puede deberse a una falta de comprensión de los términos o procesos médicos. Es responsabilidad del médico asegurarse de que el paciente comprenda los términos que se usan en la conversación, lo que tranquilizará al paciente.

Estado anímico

El estado de ánimo de una persona también afecta la comunicación verbal. Las personas que están tristes, por ejemplo, tienden a hablar en voz más baja y, debido a una laringe más relajada, el sonido es moderado, menos definido y más amortiguado. Se dice que las personas más felices son 'chirriadas' y tienen una cualidad cantarina en su tono. Retomar esto ayudará al médico a decidir cómo tratarán mejor o remitirán al paciente.

Escucha efectiva

Es la recepción de la información por parte del receptor de forma clara y objetiva, logrando la integración del mensaje recibido de forma adecuada, en el tanto éste responde a la intencionalidad del emisor en cuanto a lo que realmente desea comunicar. Ejemplo cuando un miembro del público pide una camilla, silla o atención, esperan que el médico escuche lo que sucedió y responda en consecuencia.

Escucha activa

El término escucha activa se usa para describir a la persona que participa físicamente y mentalmente en el proceso de escucha. Un buen oyente es alguien que escucha activamente, devolviendo a la otra persona lo que está escuchando, que apoya y alienta al que habla. Un oyente activo le permitirá a la persona responder a las preguntas que se le hacen al no dominar la conversación y turnándose para responder. Ser un oyente activo implica pensar en lo que se dice y centrarse activamente en la conversación, asegurándose de que, como oyente, no se distraiga con ninguna otra cosa en el entorno. Mantienen una buena cantidad de contacto visual con el parlante y le muestran al paciente que están escuchando activamente utilizando las expresiones faciales apropiadas e inclinando ligeramente hacia adelante. Se proporciona un ejemplo de cómo un médico podría usar la escucha activa.