- Dolor
- Rigidez
- Aumento de volumen
- Perdida de la función
- Debilidad muscular
- Otros síntomas reumatológicos (compromiso sistémico, enf Raynaud, sequedad bucal u ocular, lesiones cutáneas, ulceras bucales o genitales)
El dolor, suele ser difícil de evaluar y los pacientes no siempre logran precisar con exactitud su origen e irradiación, y sus características, por lo que es importante reforzar su descripción, intentando localizarlo lo mejor posible. Por ejemplo: si se ubica en las articulaciones, si son proximales (hombros, caderas, rodillas) o distales (manos y pies); la simetría, si se comprometieron simultánea o sucesivamente; la relación con la actividad física; si es de predominio nocturno o matinal; etc.
La rigidez, puede comprometer a las articulaciones periféricas, la columna o la musculatura y partes blandas adyacentes. La rigidez es a veces ignorada por el paciente, que no está consciente de ella, hasta que el examinador se la hace notar, interrogando dirigidamente alguno de sus aspectos esenciales
El aumento de volumen articular puede ser indoloro, sin signos inflamatorios, o extremadamente doloroso, con severa limitación de la capacidad funcional, como en la crisis aguda de la gota o en las artritis infecciosas, en las que suele ser invalidante. El aumento de volumen puede afectar una articulación (monoartritis), o a múltiples articulaciones (poliartritis), y comprometer a grandes articulaciones (caderas, hombros, rodillas, tobillos) o las pequeñas articulaciones de manos y pies, sucesiva o simultáneamente.
La pérdida de la función (impotencia o invalidez funcional) de las afecciones del aparato locomotor es extremadamente variable y depende de la enfermedad, del tiempo de evolución, y de factores individuales propios del paciente. En procesos agudos, puede ser severa y requerir reposo mientras se trata, con recuperación progresiva de la función con la mejoría. Por otra parte, en algunas enfermedades crónicas el daño residual destructivo puede llevar a la invalidez parcial o total.
La debilidad o falta de fuerza muscular debe ser objetivada, pidiendo al paciente que realice alguna función que ponga a prueba la potencia muscular, como erguirse desde la posición de decúbito, ponerse de pie desde una silla, subir algunos peldaños. No basta la sensación de debilidad para calificar la presencia de una miopatía o una neuropatía, sino que es indispensable comprobar la pérdida de la fuerza y precisar si ésta es proximal (más propio de una miopatía), o distal (sugiere neuropatía) y si está acompañada de otros elementos como dolor, hipoestesia o parestesias.
Otros síntomas reumatológicos importantes, son la debilidad, y el compromiso sistémico o de otros órganos que suelen asociarse a síntomas, como fiebre, fatigabilidad, inapetencia, baja de peso y trastornos del sueño. Hay algunos elementos adicionales en la historia reumatológica que nunca deben omitirse, como la presencia de fenómeno de Raynaud y de sequedad ocular y/o bucal.