Transmisión de la voz:
- Cuando el paciente emite palabras, lo normal es que al aplicar la membrana del estetoscopio en el cuello, sobre la tráquea, se distinga nítidamente lo que el paciente dice. Esta nitidez se va perdiendo a medida que la auscultación se efectúa más alejado de la tráquea y los grandes bronquios, debido al efecto de filtro que ejercen los pulmones. Cuando se ausculta en la pared costal, en las zonas más periféricas, se logra distinguir en forma más tenue lo que el paciente pronuncia.
- Broncofonía. Al condensarse el pulmón, las frecuencias altas se transmiten y la auscultación de la voz se hace comprensible. Esto es lo que conocemos como broncofonía. Tiene el mismo significado que la respiración soplante.
- Pectoriloquia áfona. Con la voz cuchicheada, las cuerdas vocales no oscilan y los sonidos son generados por el flujo aéreo en la tráquea, glotis y faringe. Su frecuencia es alta y, por lo tanto, normalmente no se transmite a través del pulmón. Puede transmitirse en las mismas condiciones patológicas que producen la broncofonía y la respiración soplante y, por consiguiente, tienen su mismo significado.
- Egofonía. La presencia de aire o líquido en la cavidad pleural produce reflexión de los sonidos. Cuando existe una delgada capa de líquido y el pulmón subyacente está colapsado, sin aire, la voz llega hasta la pleura visceral. Es parcialmente reflejada por el líquido y una pequeña parte alcanza el estetoscopio. Se pierden especialmente las frecuencias bajas, bajo 1000 Hz. Así, la voz adquiere un tono característico, tembloroso: voz caprina.