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Síndrome derrame pleural

  • La acumulación de líquido en la cavidad pleural puede ser pequeña (500-1000 ml), mediana más de 1500 ml; o grande más de 3000 ml; puede ser libre o enquistado; y finalmente, puede ser un trasudado (hidrotórax), un exudado serofibrinoso (pleuresía), un exudado purulento (empiema) o sangre pura (hemotórax). La sinología va a depender en gran parte de estas variables pero, tomando como ejemplo un derrame pleural libre y de más que mediano volumen, tendremos:

Se acumula líquido en el espacio pleural que bloquea la transmisión de los sonidos

Inspección

  • Abombamiento del hemitórax correspondiente y disminución de la expansión respiratoria.

Palpación

  • Además de confirmar lo apreciado por inspección , revela disminución de la elasticidad y expansión y, principalmente, la abolición (o marcada disminución) de las vibraciones vocales, pero en la parte más alta de un derrame extenso podrían estar aumentadas, y la voz transmitirse como balido de cabra (egofonía).

Percusión

  • Matidez intensa (o hídrica), resistencia al dedo que percute. La matidez forma una parábola, que va desde la columna por detrás, al esternón por delante, siendo su punto más alto a nivel de la línea axilar media (curva de Damoiseau). La matidez se puede desplazar con los cambios de posición

Auscultación

  • Al comienzo pueden auscultarse un frote pleural; pero, una vez constituido el derrame, lo más importante es la desaparición del murmullo pulmonar y, hacia la parte alta del derrame, la aparición de un soplo suave, lejano, de predominio espiratorio y de timbre que recuerda la "E" (respiración soplante o soplo pleural). La voz hablada adquiere una vibración que recuerda el balido de una cabra; este signo se llama egofonía. La voz cuchicheada, en cambio, se ausculta nítidamente (pectoriloquia áfona)

La curva de Ellis-Damoiseau es una línea de concavidad superior que se obtiene por percusión o Rx, e indica el límite de un derrame pleural.

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