Prevención de la Úlcera del Pie Diabético
- Al ingreso, todo paciente diabético se debe evaluar con la Escala de Estimación del Riesgo de Ulceración del Pie (Escala de San Elian).
- El principal objetivo de la atención de las personas con diabetes mellitus es prevenir las complicaciones producto de esta enfermedad, dentro de las cuales se encuentra la Úlcera de Pie Diabético (escala de Meggitt-Wagner).
- La frecuencia de evaluación de los pies se debe ajustar en función del riesgo de ulceración obtenido y, según ésta, controlar cada 3, 6 y 12 meses. Esta evaluación puede ser realizada por médico y/o enfermera(o).
- En cada control médico y de enfermería cardiovascular se debe evaluar como mínimo:
- Factores de riesgo
- Apariencia del pie y presencia de lesiones
- Sensibilidad con monofilamento
- Palpación de pulsos
- La evidencia recomienda realizar la evaluación del pie con las pruebas de descarte de neuropatía diabética y enfermedad arterial periférica por médico y/o enfermera(o). Como mínimo realizar:
- La palpación de pulso tibial posterior y pedio como tamizaje de Enfermedad Arterial Periférica.
- Una prueba de tamizaje de neuropatía diabética, en lo posible dos. Usar de forma prioritaria el monofilamento de 10g. Se sugiere integrando el uso de diapasón de 128 Hz como prueba complementaria.
- Esta clasificación fue desarrollada en México a partir del estudio de 235 sujetos diabéticos y dada a conocer en el año 2010. Es una herramienta útil para el seguimiento y aporta un valor pronóstico de éxito o fallo de la cicatrización, lo que permite el ajuste del tratamiento seleccionado
- La clasificación del pie diabético de Meggitt-Wagner es probablemente junto con la clasificación de Texas el sistema de estadiaje de lesiones de pie diabético más conocido. Fue descrita por primera vez en 1976 por Meggitt, pero fue popularizada por Wagner en 1981.
- Desde que en 1976 Meggitt propusiera la primera clasificación para lesiones de PD, el número de clasificaciones y sistemas propuestos no ha hecho más que incrementarse. Desde el 2018 se han identificado 25 sistemas de clasificaciones de lesiones en PD.
- Por ello, en los últimos años la tendencia es el desarrollo de sistemas más complejos que vayan más allá de los aspectos meramente descriptivos y que sean capaces de prever el riesgo de amputación de forma eficaz.