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Fisiopatología

  • La neumonía se desarrolla tras la invasión y el crecimiento excesivo de un microorganismo patógeno en el parénquima pulmonar, que desborda las defensas del huésped y produce exudados intraalveolares. El desarrollo y la gravedad de la neumonía es el resultado de un equilibrio entre los factores patógenos (virulencia, tamaño del inóculo) y los factores del huésped. Las causas microbianas probables de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) difieren según diversos factores, que incluyen diferencias en la epidemiología local, el entorno (pacientes ambulatorios, ingresados o en unidad de cuidados intensivos UCI), la gravedad de la enfermedad, y las características del paciente (p. ej., sexo, edad y comorbilidades). Los microbios que se encuentran en las vías respiratorias altas pueden ingresar a las vías respiratorias bajas por microaspiración. Sin embargo, los mecanismos de defensa de los pulmones (innatos y adquiridos) mantienen estériles las vías respiratorias bajas. El desarrollo de la neumonía indica un defecto en las defensas del huésped, exposición a un microorganismo particularmente virulento, o un tamaño grande del inóculo. Una alteración de la respuesta inmunitaria (p. ej., causada por una infección por VIH o por edad avanzada) o una disfunción de los mecanismos de defensa (p. ej., por tabaquismo pasivo o activo, enfermedad pulmonar obstructiva crónica EPOC o aspiración) conduce a una mayor susceptibilidad a las infecciones respiratorias en los pacientes Los agentes patógenos pueden alcanzar las vías respiratorias bajas mediante 4 mecanismos:
    • Inhalación, una vía de entrada frecuente para la neumonía atípica y viral en pacientes sanos más jóvenes. Los aerosoles infecciosos son inhalados a través de las vías respiratorias de una persona susceptible de contraer la infección.
    • Aspiración de secreciones orofaríngeas en la tráquea, que es la vía primaria a través de la cual los agentes patógenos ingresan en las vías respiratorias bajas.
    • Propagación hematógena a partir de un àrea infectado localizado (p. ej., endocarditis del lado derecho).
    • Extensión directa de los focos de infección adyacentes (p. ej., la tuberculosis puede propagarse contiguamente de los ganglios linfáticos al pericardio o los a pulmones, aunque es raro).

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